Un gato llamado Boina

Thursday, June 21, 2007

Aquí tenéis un video divertido (espero poder colgarlo ya que es el primero) de una de sus muchas habilidades. Boina es un gato capaz de beber agua de un vaso aunque sea poca la cantidad que quede. Es un ritual, a él le encanta, se relaja y disfruta con ello. ¿no es una delicia de gato?

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Friday, June 30, 2006

Mi primera lenteja

Bueno la verdad es que no me siento orgulloso de mis ataques de ansiedad. Pero en esta ocasión, el 11 de Octubre de 2004 (sólo llevaba 3 días en casa) mi amo, sin saber lo que hacía, me dió una lenteja, sólo una.
Yo estaba acostumbrado a tomar comida seca a todas horas. Comida seca de gatitos bebe. Pero uhm, el sabor de esa lenteja fue gloria para mi paladar. Era algo tan blandito, estaba saladito, con caldito, ñam ñam ñam, se me ponen los pelos de la cola de punta cuando pienso en aquel día.
Si no recuerdo mal, creo que me tiré migando durante más de una hora. Uff casi me quedo afónico, pero la verdad es que mereció la pena porque conseguí que mi amo, conmovido por la pena de verme tan desesperado, me diera otra lenteja.
Lo gracioso de todo es que ahora ya no me gustan las lentejas, jejeje, quién me lo iba a decir a mí.

Siguiendo con mi vida, en unos días fui creciendo poco a poco. Me acuerdo de que todo lo que me llamaba la atención lo mordía, y hasta el día de hoy, sigo mordiendo todo. Seguro que a mis amos no les importa que de vez en cuando me pregunte cual es el sabro de su piel.
Era un gatito asustadizo, pero muy juguetón. Con todo era capaz de entretenerme, pero mi juguete favorito era una bolita de papel albal que me fabricarón mis amos.
En la foto de al lado salgo cogido por uno de mis amos. La foto es del 31 de Octubre. Como podéis ver ya no tengo legañas. Eso es porque a mi amo le daba pena verme tan sucio y me enseñó a labarme. Lo recuerdo bien porque apenas dejé aquel día que me frotara la cara con ese trapo mojado. Pero la verdad es que yo lo necesitaba.
Hablando de lavar, me acuerdo de mi primer (y último baño). Yo como todos los gatos era y sigo siendo muy curioso. Pero la verdad es que el agua no me daba miedo. Solía ponerme en el pollete de la bañera y espiaba los grifos abiertos. Pero uno crece y cada vez deja más pelitos por la casa (todos aquellos de vosotros que tengáis tanto pelo como yo por el cuerpo me comprenderéis), el caso es que para que se me fuera ese exceso de pelo decidieron meterme en la ducha.
¡Madre mía! que susto me llevé. A mi que me ponen en ese recinto blanco gigante que es la bañera y de repente un aparato con muchos agujeros (ducha creo que lo llaman) empieza a escupir miles de gotas seguidas hacia mi cuerpo. No es porque el agua estuviera fría, pero el bote que pegué fue de escándalo. Creo que todavía están las marcas de mis patas en el techo del baño. En ese momento salí corriendo de allí como si me fuera la vida en ello (de hecho me iba en ello la vida) y puse la casa perdidita de agua. Puf menudo susto.
Además de ensuciar todo, las marcas de mis uñas quedaron impresas en los brazos de mi ama y la espalda de mi amo. Pobrecitos espero que ellos sepan que yo no quería hacerles daño, pero es que.... estaba muy asustadito, y esas cosas no se le hacen a un gato como yo hombre.

Thursday, June 29, 2006


Hola a todos, mi nombre es Boina, o así me pusieron mis dueños. Bueno yo sólo sé que cuando dicen ese nombre es que quieren que haga algo o que les mire. Mira que son ricos mis amos.
Bueno yo llegué a mi casa un 8 de octubre de 2004. Mi ama me vió en una tienda rodeado de mis hermanitos todos iguales que yo pero con su gorro de distinto color. Ese día tuve que decirles adios a todos, porque me iba a vivir a Parla.
Mi nombre, Boina, me lo pusieron por mi aspecto, para aquellos que seáis listos ya lo habréis adivinado. Para los que no, es por mi cabecita negra como si llevara puesta una boina negra. Y el resto de mí es tan blanquito, vamos que me venía el nombre que ni pintado.
Cuando llegué a casa conocía a mi amo, que se puso muy contento de verme. O por lo menos eso creo yo porque no paraba de soltar exclamaciones y repetir mi nombre con vocecita infantil, a veces... no se si es él más infantil que yo.
Recuerdo pocas cosas de ese día porque tenía mucho sueño. En fin la vida de un gato, según dicen muchos, es domir y dormir, y luego despertarse para seguir durmiendo. Pues de pequeño aún dormimos más.
Recuerdo bien que el suelo estaba frio y que estaba asustado pero eso se me pasó pronto, porque esa misma noche empecé a buscar el lugar más calentito de la casa. Y ¿sabéis cuál era? exacto, entre las almoadas de mis amos, ¡uhmmmm! que calentito dormí aquella primera noche en Parla.
Bueno para que me conozcáis aquí os dejo una pequeña foto de ese día. Perdonarme las pintas, la higiene no era mi fuerte cuando era pequeñito, o un bebe como dice mi ama.
Hasta la próxima.